sábado, 1 de noviembre de 2014

LXXXVI: El perro atado

   "La entrada del otoño es para mí, Platero, un perro atado, ladrando limpia y largamente, en la soledad de un corral, de un patio o de un jardín, que comienzan con la tarde a ponerse fríos y tristes... Dondequiera que estoy, Platero, oigo siempre, en estos días que van siendo cada día más amarillos, ese perro atado, que ladra al sol del ocaso...
   Su ladrido me trae, como nada, la elegía. Son los instantes en que la vida anda toda en el oro que se va, como un corazón de un avaro en la última onza de su tesoro que se arruina. Y el oro existe apenas, recogido en el alma avaramente y puesto por ella en todas partes, como los niños cogen el sol con un pedacito de espejo y lo llevan a las paredes en sombra, uniendo en una sola las imágenes de la mariposa y de la hoja seca...
   Los gorriones, los mirlos, van subiendo de rama en rama en el naranjo o en la acacia, más altos cada vez con el sol. El sol se torna rosa, malva... La belleza hace eterno el momento fugaz y sin latido, como muerto para siempre aún vivo. Y el perro le ladra, agudo y ardiente, sintiéndola tal vez morir, a la belleza..."


Ocaso: Puesta de sol, o de otro astro, al al transponer el horizonte.
Elegía: Composición poética del género lírico, en que selamenta la muerte de una persona o cualquier otro caso o acontecimiento digno de ser llorado, y la cual en español se escribe generalmente en tercetos o en verso libre.
Avaro: Que reserva, oculta o escatima algo. avaricioso.
Onza: Moneda de oro antigua.
Tornar: Cambiar la naturaleza o el estado de alguien o de algo.
Eterno: Que no tiene ni principio ni fin.
Fugaz: Que huye y desaparece con velocidad. De muy corta duración.

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